Islas de cocina Los instrumentos de cocina Los electrodomésticos en cocina
Si hablamos de “cocina profesional”, obviamente lo primero que se nos viene a la mente es lo que del adjetivo “profesional” se desprende: una cocina para trabajar en ella preparando platos para los demás. Sin embargo, son muchas las personas que quieren tener en su casa un espacio de este tipo para cocinar. De hecho, se está convirtiendo en una tendencia que ya podemos encontrar en muchos hogares españoles. Sabemos que hay mucha gente que se declara poco amiga de la inducción, y prefiere elaborar sus comidas en los fogones. Pero, ¿qué más se puede hacer para conseguir una cocina 100% profesional, pero de uso doméstico? A continuación veremos los principales aspectos a tener en cuenta a la hora de diseñar nuestra propia cocina profesional doméstica.
La gran pregunta: ¿por qué tener una cocina industrial en casa?
Es innegable que todo lo relacionado con la gastronomía ha vivido un auge espectacular a lo largo de los últimos años. Esto afecta a diversos aspectos de nuestra vida, ya que nos encontramos con programas de televisión como MasterChef, en los que los participantes luchan por demostrar que llevan dentro a un gran chef. Pero también porque gran cantidad de personas quieren llevar a la práctica en casa lo que ven en esos programas o en publicaciones de cocina. Tiempo atrás, la cocina solía ser un espacio de la casa en el que preparar la comida y nada más, pero con los años se ha ido convirtiendo incluso en un sitio en el que reunirse con los familiares y los amigos mientras se toma un buen bocado. Pues bien, este cambio de concepción ha llevado a una forma distinta de entender la cocina dentro del hogar, lo que ha dado lugar a nuevas exigencias relativas a su diseño y sus materiales. Para tener una cocina industrial de uso doméstico hay que saber cuáles son las principales características que debe reunir, cuáles son los materiales con los que hay que crearla, qué aparatos debe tener, etc.
Empecemos por la distribución de la cocina
Lo ideal es que la cocina pueda abrirse directamente al comedor, dando lugar a una armonía perfecta. Para contribuir a esto existen programas nuevos de mobiliario con panelados de lo más elegantes, que hacen juego con el salón. Buscar esta integración es fundamental, ya que permite muchas ventajas, como poder realizar las tareas de forma más ágil y aprovechar el espacio mucho mejor.
Hay un elemento que tiene un papel protagonista en este proceso, que es la isla de trabajo. Se trata de un módulo central formado por cajones y armarios en su parte inferior, permitiendo el almacenaje de todo aquello que conviene tener a mano. Debe tener una encimera especialmente flexible, para que sea un espacio ideal en el que preparar los platos y servirlos. La isla de trabajo debe ubicarse en el centro de la sala, siendo el punto por el que fluyan todas las tareas de la cocina, y permitiendo que varias personas trabajen al mismo tiempo si fuera necesario, conversando con los comensales a su vez. Siempre que sea posible se recomienda añadir una zona de aguas y una barra o al menos una mesa, para poder degustar las preparaciones sobre la marcha.
Toda isla de trabajo de una cocina debe tener unas dimensiones mínimas, si bien estas variarán en función del uso que quiera dársele. No obstante, para que sea práctica se recomienda que sea de al menos 100 cm X 100 cm en cocinas pequeñas. Si se opta por un modelo más largo, una anchura de 60 cm puede ser suficiente para trabajar los alimentos. Pero la longitud variará según cuál sea el espacio disponible y las necesidades de la cocina, aunque hay que tener presente que cuanto más larga sea la isla de cocina, serán mayores también las distancias de desplazamiento. La altura estándar de la encimera en las islas de cocina es de 90 cm, ya que es la medida más idónea para cocinar.
¿Cómo debe ser la iluminación de una cocina industrial doméstica?
Lo mejor es aprovechar la luz natural en la medida de lo posible, pero es importante estudiar el uso que va a darse a cada punto de la cocina, para darle la iluminación que necesite. Se aconseja utilizar LEDS en zonas puntuales de luz, como por ejemplo en la zona de cocción o encima de la encimera, y LEDS empotrados como forma general de iluminación. Otra opción perfecta es poner apliques a modo de flexo desde una pared. También es un aspecto de vital importancia la temperatura de color, pero aunque parece más óptimo recurrir a la luz blanca en la zona de preparación, hay quien prefiere la luz cálida, que es más acogedora. En todo caso, esta última debe ser siempre la que se tenga sobre la mesa de comedor o la barra.
En busca de la encimera perfecta
Si hay un punto clave en toda cocina, profesional, doméstica o mezcla de ambas, ese es sin duda alguna la encimera. Este es el lugar donde el cocinero desarrollará la mayor parte de su trabajo, de modo que uno de los principales factores a tener en cuenta es que sea un espacio cómodo. Pero no hay que perder de vista la importancia de materiales, habiendo toda una gama de opciones de última generación especialmente resistentes y compactas, que permiten una superficie de trabajo de lo más confortable. Una de las mejores alternativas son las superficies ultracompactas sintetizadas, en las que se mezclan las materias primas utilizadas en la fabricación del vidrio, superficies de cuarzo y porcelánicos de última generación.
En las encimeras, esta mezcla ofrece ventajas que permiten su uso profesional, como una gran resistencia al rallado, el fuego, las manchas, las elevadas temperaturas y una reducida absorción del agua. Se trata de un material incombustible que forma una superficie limpia y agradable al tacto, y que resiste a todos aquellos incidentes que pueden darse en una cocina durante años.
No menos importante es revestir la parte trasera de las zonas de cocción y aguas de forma correcta, para conseguir la mejor protección posible tanto desde el punto de vista práctico como desde el decorativo.
¿Qué es mejor, el gas o la inducción?
Si bien una cocina de inducción es la opción más socorrida para una persona que no cocine demasiado, lo cierto es que el gas se convierte en la opción casi obligatoria para quien es más “cocinillas”. El gas permite cocinar con cacharros de todo tipo, y transmite el calor igual de rápido que la inducción, pero además permite muchas más elaboraciones. La placa de inducción no se activará si no contacta directamente con la base, por lo que no permite guisar a fuego vivo ni saltear. También hay que tener en cuenta el ahorro a nivel energético, ya que la cocina de gas será siempre más económica que una de tipo eléctrico. Eso sí, para optar por el gas hay que garantizar la máxima seguridad, haciendo un uso consciente de esta cocina y pasando revisiones periódicas.
Acerca de los electrodomésticos
El teppanyaki o el módulo de cocción a vapor son máquinas que hace algunos años apenas no nos sonaban de nada, pero que hoy en día están plenamente integrados en muchas cocinas españolas. Quien desee tener una cocina profesional en casa debe contar con electrodomésticos de este tipo, ya que son clave para preparar comida saludable. Por otro lado, los llamados sistemas dominó, en los que se integran distintos métodos de cocción de forma alternativa en una única placa, permiten también cocinar de manera sana, al vapor o a la plancha, sin necesitar de otros elementos para ello. Y cómo no, toda cocina profesional en casa debe contar con su propia bodega, para poder almacenar aquellos vinos que nos servirán como ingrediente en algunas comidas. Estas pequeñas vinotecas dan la posibilidad de maridar alimentos en casa, gracias a sus modelos compactos para pequeñas cocinas en los que se pueden guardar vinos de todo tipo cumpliendo las exigencias de climatización.
Los mejores materiales: el acero inoxidable y el vidrio
Lo vemos en los programas de televisión de cocina, y también cuando nos asomamos ligeramente a la cocina de un restaurante: el acero inoxidable es indispensable en cualquier cocina industrial. La resistencia de este material lo hace perfecto para esta labor, y tampoco puede faltar en nuestra cocina profesional casera. No obstante, debemos tener muy presente que a pesar de su nombre, no es del todo cierto que el acero inoxidable no se oxide, así que para evitar esto debemos tener en consideración las siguientes pautas:
- Cuanto más lo pulamos, más complicado será que el oxígeno entre.
- En ningún caso debemos rallar su superficie con estropajos duros. Tampoco tenemos que dañarlo con objetos cortantes o punzantes.
- Hay que tener cuidado de no limpiarlo con ningún químico que pueda dañar su capa exterior.
- Es importante evitar que entre en contacto continuo con objetos férricos y con la humedad.
Fue hace unas décadas cuando el acero inoxidable empezó a incorporarse a las cocinas, y su evolución desde entonces ha sido espectacular, al punto que actualmente es el material de gran parte de nuestros aparatos de cocina. Se estima además que más del 90% de las ollas y sartenes de las cocinas más importantes del mundo son de este material.
Otro material indispensable en toda cocina profesional que se precie, sea en un restaurante o en el hogar, es el vidrio, un material resistente al calor que lo hace perfecto para los paneles que revisten la pared de la cocina en la zona de cocción. El vidrio es muy fácil de limpiar, razón por la cual es una buena opción para el frontal de la encimera y justo detrás del fregadero. Por otro lado, los revestimientos de cristal de la cocina se diseñan con frentes de vidrio para añadir color, y además es un material cuya instalación es muy sencilla, ya que basta con atornillarlo o pegarlo a la pared. Resumamos las principales ventajas de contar con el vidrio en nuestra cocina profesional:
- Existe una gran variedad de colores y tonos, con acabados en brillo y matizados, y de tipo artístico.
- Su colocación es rápida y sencilla.
- No exige la realización de obra alguna.
- Puede aplicarse en todos los estilos.
- Ofrece una planimetría óptima.
- Aporta luminosidad y amplitud.
- Es un material especialmente resistente, por ejemplo al calor, y duradero.
- Puede limpiarse y mantenerse de forma fácil.
¿Dónde se debe colocar la basura?
Debemos distinguir antes que nada la basura orgánica de la de reciclaje. Con respecto a la orgánica, esta debe estar lo más cerca posible de la zona en que se preparen los platos, para ir deshaciéndose sobre la marcha de todo aquello que se deba desechar. Evidentemente, aunque sea basura debe mantenerse en un estado adecuado, es decir, no se debe acumular basura de días anteriores, ya que no es agradable cocinar con olores desagradables alrededor. Por otro lado estarán los módulos de reciclaje, que no es necesario que estén tan cerca, pero sí en un lugar en el que se puedan echar los residuos para reciclar con comodidad.
El estilo importa… ¡Y mucho!
Tener una cocina profesional en casa es un tema que no solo afecta a la funcionalidad de este espacio, sino también al estilo del mismo. De hecho, estamos ante un fenómeno que liga íntimamente a la gastronomía con el interiorismo, ya que lo que se busca es un look industrial. El estilo de nuestra cocina profesional doméstica debe recordar al de las cocinas de los restaurantes. Aquí no pretendemos ocultar sus superficies, sino que estas deben formar parte de su imagen. Por ello recurriremos a paredes de ladrillo visto, y protegeremos los cables y los tubos, pero sin taparlos. Las sartenes y los demás utensilios de cocina deben estar colgados sobre la isla de trabajo.
Contar con una cocina profesional en nuestro propio hogar es un sueño que se puede hacer realidad, y la base idónea para preparar unos platos a la altura de los mejores chefs.