Si hay un plato emblemático en España, ese es sin duda alguna la paella. Existen otros muchos también riquísimos repartidos por todo el territorio del país, pero lo que distingue a la paella es su fama mundial. Hasta tal punto es así que con el paso del tiempo se ha convertido en uno de nuestros principales atractivos turísticos, sobre todo para los que vienen a España buscando buena comida. Hoy vamos a hablar de esta gran creación que vino a nacer en Valencia.
Sabemos lo rica que está la paella, ¿pero también de dónde viene?
Para buscar los orígenes de la paella tenemos que remontarnos a la Valencia de los siglos XV y XVI, cuando la necesidad de los campesinos y pastores de preparar una comida de forma sencilla, y con aquellos alimentos que podían procurarse ellos mismos en el campo, les fue llevando a este plato. Lo que no se ha podido terminar de saber es si la paella marinera surgió más o menos a la vez que la paella de campo, pero lo cierto es que en el mar se fueron encontrando distintos ingredientes para desarrollar esta riquísima opción. Lo que es seguro es que en un principio, los ingredientes de la paella eran el conejo de campo o la liebre, aves, verduras frescas, arroz, azafrán, aceite de oliva y agua. Todo ello se cocinaba a fuego lento con leña de ramas de naranjos, las cuales añadían una nota de olor bastante característica a esta preparación.
Somos prisioneros de la paella, pero hubo un día en que la paella nos liberó
Al menos, eso es lo que se dice. En la zona de Valencia y alrededores se cuenta una historia de lo más curiosa, relacionada con este plato y que tendría lugar en plena Guerra de la Independencia. Por aquel entonces, un general francés se habría quedado tan impresionado por la paella, que llegó a un trato con una mujer que se la cocinaba: liberaría a un prisionero español por cada nuevo plato de paella que le hiciera. Y fue de este modo como esta cocinera dio rienda suelta a su creatividad y, haciendo una paella distinta cada vez, habría logrado liberar nada menos que a 176 prisioneros.
La paella se hace en una… ¡Paella! ¿Cómo es eso?
Aún recuerdo mi sorpresa la primera vez que escuché hablar de una paella para hacer una paella. Fue hace mucho tiempo ya, pero ciertamente yo era de las muchísimas personas que pensaba que el recipiente en el cocinamos este plato se llamaba paellera. Pues bien, no es así, sino que tenemos que llamarla por su nombre correcto: paella, tal como la exquisita preparación que emerge de ella. Sé lo que probablemente habrás pensado… ¡Qué más da cómo se llame! Lo importante es esa delicia que se prepara en ella. Pero hablar en todo un post de la paella sin aclarar este extremo no me parecía de recibo…
La receta tradicional, la de toda la vida
Con el paso del tiempo la paella ha evolucionado, como ocurre prácticamente con todos los platos. Existen muchas variantes y todas suelen estar sublimes, pero es cierto que en líneas generales, se está de acuerdo con que la paella tradicional es la que lleva los siguientes ingredientes: pollo, conejo, judías verdes, judías blancas y un sofrito de cebolla, ajo y tomate. No por ello se descarta que en sus orígenes, se tratara de un arroz al que se podían añadir otros ingredientes que tuviesen a mano los campesinos.
Paellas por el mundo
Si bien el interés por la paella en el extranjero viene de atrás, es cierto que se ha incrementado sobremanera a lo largo de los últimos años. De hecho ocupa un lugar privilegiado en las búsquedas en Internet desde hace tiempo. No en vano, en 2015 era el cuarto plato más buscado del mundo entero, siendo superado tan solo por la pizza, el sushi y el risotto. Ya en 2017, las búsquedas globales en Google aumentaron en un 48%, registrando 8 millones de consultas anuales.
Los jueves, paella para comer
Igual te has dado cuenta de que, en muchos restaurantes, los jueves se pone paella. Y no solo en Valencia, sino en toda España. Obviamente no puede tratarse de una casualidad, sino que debe tener una explicación. Y sí, existen muchas hipótesis al respecto, pero la más extendida apunta a que el jueves era el día que, tradicionalmente, libraban las empleadas del servicio doméstico. A partir de ahí surgen dos explicaciones: una de ellas, que la noche anterior dejaban el sofrito preparado para que, a la hora de comer, la señora de la casa echase el arroz nada más; y la otra, que las familias aprovechaban para salir a comer fuera, por lo que los restaurantes se esforzaban en hacer una buena paella, tal como si fuera domingo. Hay quien cree también que esto se debe a que el lunes se salía de pesca, y el producto no llegaba al interior hasta el jueves, momento en que se aprovechaba para preparar una paella con pescado. Algo que no termina de convencer, si tenemos en cuenta que esta costumbre se fue imponiendo también en poblaciones costeras. Comoquiera que sea, ¡qué gran noticia que los jueves sea un día propicio para tomar una buena paella!
Sitios en los que podrás degustar una auténtica y exquisita paella valenciana… En Valencia
No cabe duda de que uno de esos sitios es La Pepica, en La Malvarrosa, lo cual le ha valido la visita de personajes tan ilustres como Manolete, Ava Gadner, Orwon Welles y Ernest Hemingway. Pero no es el único. La Arrocería Duna, en El Saler, es otro lujoso restaurante en el que además podemos disfrutar de un entorno privilegiado, el pleno parque natural de La Albufera. Otra excelente opción es El Rausell, uno de los restaurantes favoritos de muchos valencianos.
La tradicional valenciana, o alguna de las variantes que han surgido con su evolución. No importa. Nuestra paella conquistará siempre allá donde vaya.